Cookie Notice

This site uses cookies. By continuing to browse this site, you are agreeing to our use of cookies. Review our cookies information for more details.

OK
skip to main content

Sentirse mejor. Vivir mejor. Consulta a un alergista/inmunólogo Consejos para tener en cuenta (Feel Better. Live Better. See an allergist/immunologist)

Consulte a un alergista/inmunólogoLos alergistas/inmunólogos son especialistas en el diagnóstico y tratamiento de las alergias, el asma y otras enfermedades del sistema inmunológico. Los alergistas que ejercen en Estados Unidos se han graduado en la facultad de medicina, tienen un mínimo de tres años de residencia en pediatría o medicina interna, y, además, un mínimo de dos años de formación especializada en alergia e inmunología. Para estar certificados por el colegio de médicos, deben aprobar un examen y, con regularidad, asistir a programas de educación continua en medicina, sobre alergia e inmunología.

Muchas personas con síntomas de alergia no tratada no tienen conciencia de cuánto mejor se sentirán una vez que sus síntomas hayan sido diagnosticados y tratados por un alergista/inmunólogo.

El enfoque de cada alergista es personalizado. Generalmente, su alergista pregunta sobre su historia médica, realiza un examen físico y pruebas específicas de alergia y/o respiración. Los resultados sirven de guía para hacer un plan de tratamiento personalizado que generalmente incluye medidas para evitar o eliminar los desencadenantes, recomendaciones para los medicamentos e información para ayudarlo a tomar un papel activo en el tratamiento de su enfermedad.

Causas de las alergias Las alergias son el resultado de una reacción en cadena que comienza en el sistema inmunológico. Su sistema inmunológico controla el modo en que el cuerpo se defiende. Por ejemplo, si usted tiene alergia al polen, su sistema inmunológico identifica al polen como invasor o alérgeno. Su sistema inmunológico sobrerreacciona produciendo anticuerpos llamados Immunoglobulina E (IgE). Estos anticuerpos viajan a las células que liberan químicos, y causan una reacción alérgica.

Enfermedades alérgicas comunes 

La rinitis alérgica puede ser estacional o puede durar todo el año. La rinitis alérgica (fiebre de heno)  generalmente se produce en primavera, verano u otoño. Algunos síntomas son estornudos, taponamiento o secreción nasal, y  picazón en la nariz, ojos o en el paladar. Cuando los síntomas duran todo el año, pueden ser causados por la exposición a alérgenos de interiores, como ácaros de polvo, moho de interior o mascotas.

Las pruebas de alergia dan información muy específica sobre a qué es y a qué no es alérgica una persona. Por ejemplo, si usted tiene sibilancias cuando está en su casa y no sabe por qué, no es necesario que se deshaga de su gato si las pruebas de alergia indican que es alérgico a los ácaros del polvo, pero no a los gatos. Con esta información, usted y su alergista pueden desarrollar un plan de trabajo para tratar los síntomas o incluso deshacerse de ellos.

El asma es una enfermedad alérgica que provoca frecuentes episodios de sibilancias, tos, disnea y/u opresión del pecho. Es común que quienes padecen de asma también sufran de alergias, por lo que su alergista podrá realizar rigurosas pruebas de alergia y respiración para encontrar las causas de su asma. Los estudios han indicado que la atención de un alergista puede disminuir la cantidad de ataques de asma y necesidad de ir a la sala de emergencias. Usted y el alergista pueden trabajar juntos para asegurar que su asma está siendo bien tratada, para poder participar en sus actividades normales.

Los alergistas ayudan a tratar las infecciones recurrentes de senos y de oídos. Quienes padecen de asma tienen más propensión a las infecciones de los senos (rinosinusitis) que pueden, a la vez, empeorar más el asma. Las infecciones de los senos también son comunes en quienes padecen de rinitis alérgica. Si bien es esperable que los niños pequeños tengan más infecciones auditivas, es importante monitorizar a los niños que tienen infecciones frecuentes o graves. Ello se debe a que las inmunodeficiencias más graves se evidencian en los primeros años de vida.

Si tiene alergia alimentaria, incluso una cantidad muy pequeña de alimento al que usted es alérgico podrá provocar una reacción. Los síntomas de la reacción alérgica se observan generalmente sobre la piel o comprometen el estómago y los intestinos. Son inflamaciones, ronchas, eccema (sarpullido con picazón, con enrojecimiento escamoso), vómitos, diarrea, calambres abdominales o dolor de estómago. Las pruebas de alergia realizadas por un alergista pueden determinar qué alimentos desencadenan los síntomas, en caso de existir tal alergia.

La dermatitis atópica (eccema) es una alergia cutánea que produce un sarpullido rojo con picazón sobre el rostro, los codos, muñecas, rodillas y tobillos. La dermatitis atópica es tratable, pero no tiene cura. La urticaria (roncha) es una zona enrojecida de la piel, dolorosa e inflamada, que puede variar de tamaño. Aparece en cualquier lugar del cuerpo y aparenta moverse. El angioedema es una inflamación de las capas más profundas de la piel como párpados, lengua o labios. Un alergista puede determinar qué tipo de afección cutánea alérgica tiene usted y tomar las medidas para tratarla.

La anafilaxia es una reacción alérgica grave que se produce con mucha rapidez. Sin un inmediato tratamiento, inyección de epinefrina (adrenalina) y atención médica, la anafilaxia puede ser fatal. El seguimiento por parte de un alergista es fundamental.

Muchas personas no se dan cuenta de que tienen una alergia hasta que sufren una reacción anafiláctica. Generalmente es causada por alimentos, medicamentos, látex o insectos, y a veces sin una causa evidente. Son síntomas de anafilaxia las ronchas, enrojecimiento, sibilancia, tos, disnea, opresión en la garganta, náuseas y mareos, o desmayos.

Los problemas del sistema inmunológico pueden causar infecciones repetidas como bronquitis, infecciones del oído o neumonía. Quienes padecen de trastornos heredados del sistema inmunológico (enfermedades de deficiencia inmunológica primarias) tienen menos posibilidades de pelear contra las infecciones y tiene más probabilidad de que surjan complicaciones. Si bien estos trastornos son extraños –hay aproximadamente 100 tipos diferentes– es muy importante hacer un diagnóstico y tratamiento con un alergista/inmunólogo.

Sentirse mejor. Vivir mejor.
Una atención adecuada puede marcar la diferencia entre sufrir con una enfermedad alérgica y sentirse mejor. Consultando a un alergista, se puede tener un diagnóstico exacto, un plan de tratamiento apropiado e información que lo ayudará a controlar su enfermedad.

El servicio “Encuentre un Alergista/Inmunólogo” de la AAAAI es un recurso de confianza para ayudarlo a encontrar un especialista cerca de su hogar.

Sentirse mejor. Vivir mejor.
El alergista/inmunólogo, a menudo llamado alergista, es un pediatra o internista que tiene, como mínimo, dos años adicionales de capacitación especializada en el diagnóstico y tratamiento de problemas como alergias, asma, enfermedades del sistema inmunológico, y la evaluación y tratamiento de pacientes con infecciones recurrentes, como las enfermedades del sistema inmunológico.

Una atención adecuada puede marcar la diferencia entre sufrir con una enfermedad alérgica y sentirse mejor. Consultando a un alergista, se puede tener un diagnóstico exacto, un plan de tratamiento apropiado e información que lo ayudará a controlar su enfermedad.

El servicio “Encuentre un Alergista/Inmunólogo” de la AAAAI es un recurso de confianza para ayudarlo a encontrar un especialista cerca de su hogar.

8/28/2023