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Los medicamentos y las personas mayores (Medications and Older Adults)

Los medicamentos y las personas mayoresA medida que las personas envejecen, la cantidad de medicamentos que toman aumenta significativamente. Es esencial que las personas mayores sepan exactamente qué medicamentos están tomando, cómo tomarlos y cuáles pueden ser los potenciales efectos secundarios. Este consejo es particularmente adecuado para el caso de adultos de más edad que tienen alergias o asma.

Medicamentos contra el asma En algunos casos, un medicamento puede ser beneficioso para una dolencia, pero perjudicial para otra afección. Eso ocurre en un tipo en particular de medicamento contra el asma: los corticoesteroides inhalables (CI). Por otro lado, los corticoesteroides son conocidos por contribuir al desarrollo de la osteoporosis (una afección que provoca debilidad ósea), un problema común en los pacientes de edad, en especial, las mujeres. Por otro lado, los CI son la clase de fármaco más efectivo en el tratamiento contra el asma. Existe la preocupación de que los CI puedan causar osteoporosis dado que los esteroides orales e inyectados son conocidos por contribuir al proceso.

La razón por la que los CI son tan importantes para el tratamiento del asma es que son la clase de medicamento más efectivo para el control del asma.

El  asma no tratada lo pone en gran riesgo de complicaciones que pueden requerir hospitalización. Además, si no trata su asma, existe la posibilidad de que no duerma bien y de que le resulte difícil hacer ejercicio físico. La poca actividad física también puede causar osteoporosis.

El alergista/inmunólogo, a menudo llamado alergista, tiene amplia formación en el tratamiento de asma y en minimizar los efectos secundarios de medicamentos como los corticoesteroides inhalables.

Medicamento contra la alergia Las alergias como la rinitis alérgica (fiebre de heno), conjuntivitis alérgica (alergia ocular) y la urticaria (ronchas) son problemas comunes en las personas de edad, y a menudo requieren el uso de antihistamínicos. Los antihistamínicos se dividen en dos clases: antihistamínicos de primera generación y antihistamínicos de segunda generación.

Los antihistamínicos de primera generación, si bien son efectivos en cuanto al control de los síntomas, a menudo se asocian con síntomas en adultos mayores, como ansiedad, confusión, sedación, visión nublada, reducción de la lucidez mental, retención urinaria y constipación. Estos efectos colaterales son todavía más comunes si lo están tratando con ciertos medicamentos antidepresivos. Los antihistamínicos de segunda generación no cruzan la barrera hemato-encefálica tan fácilmente y, por lo tanto, tienen menos efectos colaterales. Si usted tiene alergias que requieren un antihistamínico, converse con su médico sobre el uso de antihistamínicos de segunda generación en vez de los antihistamínicos de primera generación. Los antihistamínicos prescriptos por médicos y alergistas que se usan en la actualidad pertenecen, por lo general, a la segunda o tercera generación y tienen un perfil muy seguro para los usuarios, en lo que a la seguridad concierne.

Fármacos que pueden desencadenar asma

Betabloquedores
Los betabloqueadores son fármacos generalmente usados para tratar problemas como presión arterial elevada, enfermedades cardíacas y migraña. También pueden usarse en forma de colirio oftálmico para tratar el glaucoma. Se los clasifica en dos grupos: específicos y no específicos. Los betabloqueadores no específicos, como el propanol, son los que más se deben evitar. Idealmente, una persona que padece de asma evitaría todos los betabloqueadores, pero estos tipos de fármacos pueden ser muy importantes para la salud de ciertos pacientes y puede que no empeoren, sustancialmente, el asma. Su médico hará una prueba utilizando un betabloqueador específico. Recuerde que incluso los betabloqueadores de las gotas oftálmicas pueden empeorar el asma. Asegúrese de avisar a su oftalmólogo si tiene asma.

Aspirina y otros fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE)
Este grupo de medicamentos incluye algunos analgésicos comunes de venta libre, como el ibuprofeno y el naproxeno. Aproximadamente entre un 10% y un 20% de las personas que padecen de asma pueden notar que uno o más de esos fármacos desencadenan el asma. Estos ataques de asma pueden ser graves, incluso fatales, por lo que los pacientes con sensibilidad conocida a la aspirina deben ser cuidadosos para evitar dichos fármacos. Los medicamentos que usualmente no causan aumento del asma en pacientes sensibles a la aspirina incluyen acetaminofeno (en dosis baja a moderada), propoxifeno y narcóticos recetados, como la codeína.

Inhibidores ECA
Estos fármacos, que se pueden usar para el tratamiento de la hipertensión o de la enfermedad cardíaca, incluyen lisinopril y enalapril. Si bien por lo general no causan asma, aproximadamente el 10% de los pacientes que reciben uno de estos fármacos empieza a tener tos. La tos se puede confundir con asma en algunos pacientes y posiblemente desencadenar mayor sibilancia en otros. Además, cualquier tos puede ser asociada con el reflujo (ácido que refluye del estómago hacia el esófago) que puede causar más tos y empeorar el asma.

La clave para evitar el asma inducida por medicamentos es charlar con su médico sobre qué medicamentos son mejores para usted.

Es importante no permitir que sus tratamientos se conviertan en desencadenantes de asma.

Consejos para la salud
•    Los pacientes de edad deberían saber siempre qué medicamentos están tomando, cómo tomarlos y cuáles pueden ser los potenciales efectos secundarios.
•    Los corticoesteroides inhalables (CI)  son los fármacos más efectivos en el tratamiento del asma, pero se sabe que contribuyen al desarrollo de la osteoporosis.
•    El alergista tiene amplia capacitación y experiencia en el tratamiento del asma, y en minimizar los efectos colaterales de medicamentos como los CI.
•    Si tiene alergias que requieren un antihistamínico, converse con su médico sobre el uso de antihistamínicos de segunda generación en lugar de antihistamínicos de primera generación.
•    Algunos fármacos, como los betabloqueadores y los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos  (AINE), pueden desencadenar el asma en algunas personas.
•    Para evitar el asma inducido por los medicamentos, hable con su médico sobre los medicamentos que son mejores para usted.

Sentirse mejor. Vivir mejor.
El alergista/inmunólogo, a menudo llamado alergista, es un pediatra o internista que tiene, como mínimo, dos años adicionales de capacitación especializada en el diagnóstico y tratamiento de problemas como alergias, asma, enfermedades del sistema inmunológico, y la evaluación y tratamiento de pacientes con infecciones recurrentes, como las enfermedades del sistema inmunológico.

Una atención adecuada puede marcar la diferencia entre sufrir con una enfermedad alérgica y sentirse mejor. Consultando a un alergista, se puede tener un diagnóstico exacto, un plan de tratamiento apropiado e información que lo ayudará a controlar su enfermedad.

El servicio “Encuentre un Alergista/Inmunólogo” de la AAAAI es un recurso de confianza para ayudarlo a encontrar un especialista cerca de su hogar.

12/27/2023